lunes, 19 de abril de 2010

Murmullos


Siempre el murmullo en las calles, en las aceras, en la mente

en el aire contaminado con dióxido de palabras,

a veces sin estar sazonadas, sin adobar.



Serenata diurna al bardo solitario, al juego de naipes,

enervamiento mental de cuando en cuando...

Pero siempre ese murmullo de gentes,

Eco suave, terco, interminable e incontable

murmullo inmortal...



Así como la música respira en sus silencios empentagramados,

y la literatura en sus signos puntuados,

las gentes deberían escuchar,

pero lo nacen, lo viven, lo pulen, lo murmullan.

2 comentarios:

JJ dijo...

¡Tantas veces se desea el silencio para escuchar después!
Gran texto Duendecilla
Un beso

Anónimo dijo...

Admiro tu capacidad de dar forma con letras a esos momentos, en los que algunos sólo suspiramos mirando al cielo, anhelando quizá... descansar.

F