sábado, 31 de enero de 2009

Donde sea que estes y quien quiera que seas.


Mi rostro está mas pálido que nunca según ese vidrio polarizado, mientras me adorna ese gran espacio donde algun dia estaras tú.

Mis dedos chocan con las hebras de mi cabello al saber que te he perdido el rastro,
descienden gravitatoriamente sobre mis sienes, mejillas y quijada, donde al fin se abrazan entrelazados anhelando quizá que fuese cierto que yo aportase la mitad de esos dedos abrazados.

Ojalá vengas antes de que este otoño anclado en mi puerto me consuma en silencios y miradas de esos que no suelen ir acompañados de palabras.

Donde sea que estes, y quien quiera que seas... ¿No ves acaso que ese espejo hecho ventana no me agradece el intento de prosa?

No hay comentarios: