jueves, 29 de julio de 2010

Oficio matutino



Tener que correr la cortina de rencor, y doblar sus pliegues uno a uno. Barrer este lugar de silencios dormidos en las esquinas. Replantar el jardín, recortar la maleza que ha crecido en estos años de contacto con lo externo, con el mundo y su séquito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Heme aquí, disfrutando tus escritos.

Querida Duendecilla.