martes, 27 de octubre de 2009

Reciclaje al natural


Se precipitan a la madre tierra las gotas de lluvia, igual como en los buenos tiempos.

Incontables generaciones en este mismo lugar quizá habrán sentido estas mismas gotas, aunque quizá también sean otras. Nunca lo sabré.

¿A quién le irá a caer esta pequeña gota cristalina que engalana mi mano?

¿Será acaso a alguien humano, animal o vegetal? ¿En qué lugar?

Sigue lloviendo, aunque apenas perceptiblemente, como si fuese un tramado de computadora sobre el paisaje.

Como si de pronto todo estuviera computarizado, y el sol y la lluvia tuviesen que iniciar o cerrar sesión... Me asomo a la ventana, pero no de windows, por favor.
¿Qué gota de rocío o de lluvia no habrá sido lágrima?

Porque... ¿Qué lágrima no habrá ido a dar al mar, al evaporarse y caer otra vez?, eternizando lo que somos, H2O

1 comentario:

JJ dijo...

Y así es el ciclo de la vida: nacer una y otra vez.

Las lágrimas, tal vez, hagan salada el agua del mar.

Cada día me gustan más tus textos

Un beso