Infiltrome yo en su mundo
de benévolas expresiones
cerrando la puerta tras de mí,
reduciendo el espacio
del lugar, con mi llegada.
Quiero intentar algo
que se asemeje
a ese sonido angélico,
el que sale por los poros
de esa vieja sala
cada tarde de sábado,
mientras afuera
la ciudad respira
ese mismo aire
que a nosotros
nos inspira.
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