martes, 11 de agosto de 2009

El fantasma de la gripe



Intentaba pensar que era un simple resfrío, que esa pesadez que se apoderaba de mí a pasos agigantados, la venía arrastrando desde tiempos inmemorables.

El caso es que yo no podía tener gripe porcina. "Solo eso me faltaría". Mientras ellos reían de mis maquinaciones con ese estrepitoso carcajear que retumbaba sobre mis cinco sentidos, más me frustraba el hecho de contemplar tan solo la posibilidad. Porque en dado caso... ¿"F" sería capaz de irse, o yo sería capaz de dejarlo quedarse?


-"Deja de pensar tonteras y tómate una pastilla"- dice una voz chillona delante de mí.
-"Pero... Pastillas? Diaj diaj.. guácala"- dejé salir con suma sinceridad... :( "Pero bueno, si me sirve para que me devuelvan el soplo de vida, acepto".

Así que tenía dos opciones, levantarme al día siguiente y fingir que todo estaba bien, o encuevarme en mi cuarto para siempre...

Hay capítulos sociales que cavan pozos profundos en nosotros, tanto que nos creemos parte de la historia, queramos, o no.


No hay comentarios: