
La verdad es que ya no quiero perder más,
ya he gastado tanta fé, credulidad, amor, que me declaro en déficit.
No soy intransigente, eso te lo dicen mis manos,
manos que temen enamorarse de tus ojos y tu pelo, sabor melancolía.
Espero que un día entiendas
si no siempre te digo lo que siento,
o si no siento todo lo que digo.
Ojalá y no me quisieras tanto...
para que no seas tan vulnerable como yo lo fui,
para que no te derribe la brisa liviana,
y el compás de mis latidos.
2 comentarios:
Las derrotas son las que nos fortalecen la vida..
Un placer leerte.
Saludos fraternos
Un abrazo
dejate querer
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