
Hace muchos años pensaba que las brújulas tenían mala la flecha,
La ponía en el suelo, la giraba y la giraba y la flecha siempre al N.
Ahora quiero ser así, como una brújula,
que aunque vengan vientos y arrecien contra mí,
me pueda mantener con la vista al norte.
1 comentario:
Duendecilla:
No me tienes acostumbrado a leerte dos entradas el mismo día.
Así que hoy te agradezco especialmente.
Y, cuando necesite una brújula, acudiré a tí
Un beso
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