lunes, 26 de abril de 2010

Esa muletilla diurna que no duerme.

Memories, imagen publicada por Eyecatcher en Flickr.


¿Por qué las manos se ensucian?

¿Por qué se pierde la piel?

¿Por qué el sentido envejece?

¿Por qué duele el sentimiento?

¿Por qué arrecia el recuerdo y permanece el olvido?

¿Por qué hasta las palabras se quiebran?

¿Por qué no hay quién las rejunte?

¿Por qué?


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Intertexto del poema "Muletilla", de S. Miranda.

miércoles, 21 de abril de 2010

Apología de un cerro

Memorias del Chirripó
2007


Un cerro es un cerro, no es una colina, ni una loma, tampoco una montaña, monte o volcán, la diferencia se la dejo a los geógrafos.

El día anterior al día cero, viajamos hasta la zona sur, el plan era no comer mucho en la noche para desayunar bastante porque necesitaríamos esas energías. La sorpresa y cambio en el plan original, fue que la Sra, amiga nuestra, madre de la más joven de las arriesgadas, nos tenía preparada una cena carbocalórica a altas horas de la noche, que fue cuando llegamos. Hubo cierto intercambio de información en el aire por espacio de unos microsegundos, hasta que todos accedimos, por instrucción en forma de sonrisa y un amable agradecimiento de nuestra líder, K.

Al día siguiente muy temprano salimos hasta la parada que nos llevaría a una hora del pie del Cerro Chirripó. Todos éramos primerizos. Era mejor así.

No hubiera subsistido a la escalada sin el bastón de caña o bambú, que pagamos en recepción, cuando aun sosteníamos nuestros rostros sonrientes. Luego, con los daños, vimos que no eran un lujo ni un "tiliche" más, era menester llevarlos.

Al momento de llegar a la recepción, descubrimos que los caballos ya habrían subido hacía escasos 7.6 minutos... ¡No podía ser! ¿Subir esa empinada cosa con nuestro equipaje al hombro?. Eso no estaba en el contrato... Además no éramos más que 5 mujeres y un niño.

Optimistas algunas vacilaban sobre los músculos que íbamos a sacar..

El trato era descansar por cada hora, cinco minutos; pero a mí se me hizo como que descansábamos una hora cada cinco minutos.

Adentro del zapato llevábamos una media, dentro de la media una bolsa y dentro de la bolsa otra media, quizá otra bolsa y otra media... y luego el pie, que no se salvó de la lluvia.

Casi resbalo en una naciente de agua, unos cientos de metros más abajo hubiera asegurado que era agua de un tubo mal puesto.

Nadie cayó al precipicio, lo de los gritos descomunales debió haber sido un éxtasis de locura del niño, luego nos dimos cuenta que K y sus hermanas se asustaron ya que pensaron era una tragedia. Seguir subiendo. El impulso que nos tenía que durar días.

Envejecíamos un paso y rejuvenecíamos dos, dicen los lugareños que es el aire de las montañas es el único aire, insinuando que lo que tenemos en San José son sólo diversas patologías gaseosas.

De la nada escucho por parte de K, que iba al lado mío:

-¿Has probado el chocolate suizo?  - No, respondí excéptica.

- ¡A que los que vienen son suizos y andan chocolate! - insistió alguna.

Pocos instantes después heme ahí, tragándome mis palabras, y el pedazo de chocolate suizo de un par de suizos igual de perplejos que yo.

Al seguir, y seguir, por un momento pensé que no llegaríamos antes del anochecer. Y no llegamos. No preciso cómo estaba la luna, pero creo que no estaba encendida del todo. Chocábamos con paredes de piedra y tierra, con planicies oasísticas, hasta que empezó a verse una luz artificial intermitente, nos pareció la entrada al cielo.

Ya en la estancia que precede unas 4 horas al cerro, y de noche, con las energías botadas en alguna parte de la montaña, no sentía hambre, el cansancio era más fuerte y el sueño más tentador...

-"Sólo un plato de sopa caliente por favor, que este es el clima más frío del país"- inquirí inerte.

-"Afuera está a 8 grados, creo que sobreviviremos si sacamos el sleeping para ver estrellas fugaces"- alentó alguna.

-"¿Qué? No puedes amiga sacar ese colchón a la intemperie. No es nuestro... ", unos instantes después.. "Ay qué cómodo, Gracias!" - Descubrí que tenía que empezar a hablar menos, o mis palabras iban a terminar acabando conmigo.

Las 6 cabezas estábamos afuera boca arriba, en competencia para distraer a nuestros labios morados, encolchonados y sleepinizados.

-No sabía que tantas estrellas podían verse juntas en estos tiempos- se oyó.

-Yo tampoco- y eternicé esa bóveda azúl con blanco y amarillo.


Fue difícil dormir esa noche, el frío se filtraba antojadizo por cada poro de las cobijas, húmedas aún del aguacero de las horas que arrastraba.

Al día siguiente escalamos al Cerro Chirripó, el pico oficial. Las fotos nos sacaron lo único que nos quedaba por dentro, porque a toda costa teníamos que devolvernos con algo más que evidencia mental.

La menor (pero no menos valiente), de regreso, abrió camino con sus manos y nos hizo un atajo, para ahorrarnos buena parte del trayecto, fuimos detrás de ella buscando la manera de ganarle a la distancia, de adelantarnos al tiempo.. Solo unas cuantas incisiones no muy profundas le quedaron como recuerdo de ese día.

Juré nunca volver el día que subimos aquello, y hoy muero por ver otra vez, la vista panorámica desde 3820 mts sobre el nivel del mar, eso que solo se ve, se vive y se siente allá...

...porque un cerro es un cerro, no un edificio de muchos pisos.

lunes, 19 de abril de 2010

Murmullos


Siempre el murmullo en las calles, en las aceras, en la mente

en el aire contaminado con dióxido de palabras,

a veces sin estar sazonadas, sin adobar.



Serenata diurna al bardo solitario, al juego de naipes,

enervamiento mental de cuando en cuando...

Pero siempre ese murmullo de gentes,

Eco suave, terco, interminable e incontable

murmullo inmortal...



Así como la música respira en sus silencios empentagramados,

y la literatura en sus signos puntuados,

las gentes deberían escuchar,

pero lo nacen, lo viven, lo pulen, lo murmullan.

lunes, 12 de abril de 2010

Soportar...


...El terrible estruendo en el acento del extranjero* que sofoca cada mañana la oficina.. Si tan solo le gustara más escribir que hablar... ¡Ah!, el mundo tomaría un respiro. Hay gente que habla con más parsimonía y.. .. y casi nunca exhibe la voz. Lástima.

Soportar

... el sol del medio día en el éxodo a la universidad

Soportar luego


... la angustia de saber que la sombrilla nunca secará tus pies.


... los charcos disfrazados de asfalto.


... La contaminación sonora en el paisaje, en la pintura colgada en la cafetería.

...El aire forzado, artificial, en el aula, en el carro, en el trabajo.


Soportar ...El choque térmico, el cuerpo que no entiende...


... ¡Soportar! ¡Que somos valientes! ¡Que somos personas!
¡Soportar! Que habrá más de uno, que tendrá que soportarnos también.

martes, 23 de marzo de 2010

Si me van a tachar de "izquierdista", que sea con motivo


Aceptaría la discursiva del Tiempo, si el viento no lo empujara huracanado, siempre hacia la derecha.


sábado, 20 de marzo de 2010

Concertante: El lago a mis pies.

Si Ismael Serrano supiera lo que sentí al verlo ahí, cantando-me (jaja).
Poeta Poeta Poeta.
Este pedacito de Tierra estaba de gala, un concierto al aire libre entre los árboles de la Capital, a la noche libre, alrededor del lago que estaba casi a mis pies, sí, estaba en la primera fila.
Eran 3 conciertos en uno, pero la verdad solo fuí a escucharlo a él. Hay una canción con mi nombre que me quedó debiendo para la próxima, jeje. A F le gustó también la velada y desvelada, inevitable es. Mi fascinación es meramente musical ;-)
¡En serio!
¡Qué música!

viernes, 12 de marzo de 2010

Discresión



Hay quienes exhalan poesía y peinan el aire con cada latido del segundero.

Otros solo queremos pulir el brillo de una promesa con indiscretas LUZciérnagas.

En la otra esquina, el mosquito muere en el aplauso que aviva a otro ser,
matar mosquitos es asunto de subsistencia urbana,
minidraculitas que casi siempre mueren por su sobre exposición, su sed sanguínea...
Si tan solo fueran más recatados.
Hoy me creé así, perdible entre la insectitud* de quienes solo ven lo visible.
___________
*Como diría Marco.

Dosis de estrés postraumático
















Hoy no me siento yo, sin dejar de serlo.

Me barnizaron en malas noticias,

quedé tendida con mis palabras regadas en el suelo,

atrapándolas con la telepatía de un abrazo irreal.


Un nudo de ilusiones se me ata cada vez más fuerte en mi ser,

tengo que zafarlo pero las herramientas no están a la redonda.


No me proyectes, palabras ajenas como espejo en tus acerbos labios.

El que sea acérrima, no significa que tenga que andarme citando con cuanto psicólogo se le ocurra a ya no sé ni quién.

Argüir mis verdades tiene la facilidad que tiene quien viaja en la estela de un cometa, de quien se calienta con la luz de una estrella.

El que esté libre de trastorno que tire la primera ofensa.

Es toda una hazaña salir y volver de la memoria sin vendas ni cicatrices, vamos, que no solo las manzanas envenenan.

No sé cuántas vueltas han dado las agujas del reloj o seguirán dando, no sé si en realidad hay reloj, no sé si de verdad enloquecí.

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A F

miércoles, 10 de marzo de 2010

Sra. Rutina


Le recomendaron no viajar por los mismos lugares, evitar a la Sra Rutina. Como si ella no fuera un estado también mental, como si siempre hubiera opción de quitársela de encima.

"La misma Luz, aunque se reparte por todos los caminos, es rutinaria"- Frunció su boca.

Tantos años intentando le habían gastado la esperanza.

"Un último intento"-dijo un día cualquiera. Se vio en el pedazo más grande de espejo que cuando se había quebrado, en una exhalación de cólera, alcanzó a salvar. Intenta maquillarse, buscando entre las gavetas un pedazo de ese algo que le colorara otro algo.

"Quizá alguien lo note, quizá si vuelvo a ir a donde el doctor..."

Quizá le funcione eso de hablar con gente diferente de vez en cuando. Bueno, hablar con alguien de vez en cuando sí le sentaría bien.

Los años empiezan a otoñársele.

La vida...

La vida sigue transcurriendo entre adoquines a medio zafar y persianas siempre a medio cerrar, quizá para evitar la fatiga de abrirlas... o de cerrarlas.

domingo, 28 de febrero de 2010

Las batallas de los hombres














Con el tiempo un hombre tiene que...

Volver a sacudir el yelmo acobardado por viejas batallas,

revestirse un día con la coraza embalsamada de otras épocas,

donde se respiraba con pulsaciones más aceleradas,

cuando cada día vivido era una entrega total.


Sujetar esas sandalias

oxidadas por la memoria

y memorizadas por el óxido.


Escoger entre espada, daga;

ofensa, defensa.


El cuero que por dentro le amortigua el bronce de la coraza,

no le defiende de las flechas que emanan

de viscerales cicatrices

nacidas en las entrañas de ese soldado genérico

casi empaquetado y con código de barras.


La batalla,

la batalla del soldado

ahora anda en ruedas,

navega en internet

se viste de elegancia

y come en restaurantes.



Las luchas de los hombres

siguen siendo iguales

si se miran desde adentro.

viernes, 26 de febrero de 2010

11,5 minutos antes


Divago en esquemas bilaterales

con insípido aire noctámbulo,

cerrados los sobres empestañados

y acuñado el lápiz sin punta,

o con la punta por dentro,

da igual.



El plástico adherido

a figuras humanas,

por selección natural

o por no haber más lugar.



Los vidrios del auto

martirizados y espejizados

con la potencia iracunda

del viento solar.



Las calles llenas, solas,

no dejarán diga

que la mañana es ajetreada,

que se presagia el sonido

de tazas de café,



No hay nadie.



Ya no estoy ni yo.



lunes, 15 de febrero de 2010

Oscuridad del medio día


Por la ruta del viento se reparten sus deseos, se le escapan como el dinero a los inversionistas de esa empresa en plena crisis. Ella lo sabe y sabe que no hay elección.

Pero camina altiva como siempre, ni un minuto antes ni un minuto después, justa, martillando el piso con sus tacones desde que su silueta liviana traspasa con presencia estructural la puerta grande, luego, y mientras estripa el siguiente botón interno para activar la sonrisa ancha, doblará por la derecha en la segunda puerta y la cerrará tras de sí, casi en las narices del mensajero matutino.


"Es muy temprano para las malas nuevas, estoy temporalmente fuera de servicio"-dijo sarcástica, y se hundió en lo profundo de su oficina y de la resignación.


Se encierra en un bombillo de espacio infinito, no querrá volver a mirar letras en los números de su calculadora, ni almacenar en su computadora las teclas abarrotadas con la confianza puesta tiempo atrás.
Mientras revisa en el periódico la inestabilidad de las bolsas y de los tipos de cambio que le combinan con su atuendo, intenta en vano desfruncir el ceño, tratando de que no sea tan evidente que está pendiente de que en cualquier hora vendrá.

Escaló a lo alto de su puesto la indignación que le carcomía el semblante.

Un sonido en la puerta, seguido de un golpe al corazón, la tensan..

-"Adelante"- dice la voz firme de siempre.
Al ver que la figura del tímido mensajero no se había movido, amarrándose cualquier comentario no pertinente, dejó entrar. Él entre balbuceos, alcanzó a decir:
-"Esto es lo de hoy, Sra Cortéz" -dejó su correspondencia en el escritorio y al sentir equívoco, la saeta que se le venía encima, desapareció como la inadvertida neblina.
Pero lo de hoy no era contra él. No era contra nadie. Era algo que se salía de todo orden racional o irracional.

A pesar de todo, ella no era odiada, tampoco era temida, solo era incomprendida.

Un segundo golpeteo, esta vez más sólido, la prepara para el bajonazo. Una figura indecible se acerca, intentanto amenizar a la Sra de alma blanca y negro. Ella lo ve pretenciosa, pero cálida sonríe, estrecha su mano, le saluda como de costumbre. El perturbador sonido de un "buenos días", bastará para dejar un rastro de sangre perfumada, exhalada en ese dúo de palabras, y otro de agua salada en su hermética mirada.
El tiempo pasa y aunque la puerta está abierta de par en par, no se alcanza a escuchar el tema. La secretaria de al lado, agudiza sus sentidos cual ave rapaz, pero es imposible, el código que se manejan esos dos no es para amateurs.
El reloj iba a dar las 12:00, la mañana había huído cobarde con él.
Y a ella, que le había tocado vivir la época de la incomunicación en medio de tecnología de punta que precisaba el contacto; a ella que le vaciaron la esperanza, que se la dejaron en números rojos, no le quedaba más que revisar su archivo de pendientes, y firmar los más importantes.
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Hipotético

viernes, 12 de febrero de 2010

Vagas Reflexiones

Fotografía por FHM


Experimentando con las leyes de la física,
pensé que el traspasar la pared de la mal llamada ignorancia
me llevaría a su cotizado y mal llamado antónimo,
y que pertenecería al fin a esa selecta esfera.

Pero no hay nadie del otro lado,
por lo menos no nadie humano, o humanoide.
Me devolví hecha un nudo de fórmulas y cálculos
a la realidad aterrizada en una bocina gritona y mal educada.

La gente no se quita el saco de su comodidad,
quedándose de este lado de la acera
así esté su semáforo en verde.
Me incluyo, me concluyo.


Si me sentara con mi silencio en una esquina del barrio,
si comprara palabras indecibles a un precio inaccesible,
si tan solo grabara mis sueños cada noche de olvido
para proyectarlos en un DVD,
o si tuviera la desfachatez de malencarar
a ese señor encorbatado quien llaman Porvenir;
al menos me colgaría el título de "valiente" en mi Currículum Vitae.


Siento que se deshacen las nubes, en puntiagudas gotas de insomnio,
absorbiéndome entre estas ventiscadas de un otoño que no conozco,
sequedades de un verano que es perpetuo,
nevadas de un invierno con olor a leyenda ya,
leyenda que no ha muerto.

viernes, 5 de febrero de 2010

Palomar bajo láminas de zinc


Si hay un animal aparte del perro, que un niño ciudadeño conoce bien, son las palomas y los zanates. Habría que actualizar el ave nacional porque el yigüirro ahora suena como palabra inventada de algún trabalenguas ancestral o bien, uno de esos ejemplos que se usan para enseñar sobre la diéresis y el correcto uso de la doble "r".


Las paloman subsisten, según mi detallado análisis exhaustivo de fines de semana mirando el parque, porque comen aún eso que nadie sabe qué es, cosa que molesta a algunos, quienes le atribuyen modales porcinos.


Del otro lado del "round" y como el enigma de todo el enredo, está su archirrival. Cuando se ven zanates y palomas conviviendo en un lugar, al final del túnel sólo quedará el más fuerte. Y a como han desplazado muchas otras aves, el encontronazo entre estos dos parece que tiene su sentencia dictada. La ley de la selva es la ley de la ciudad. Es la ley de la vida.


Y cuando estemos inundados de aves de mal aguero, extrañaré a las otras, aunque hoy me queje del sonido desfasado de mi reloj, cada madrugada bajo las láminas de ese zinc viejo y sordo ya.

viernes, 29 de enero de 2010

Otro dia del padre para agendar (Cuento)


El sol estaba en el cenit, arrancandole la sombra que le acompanaba y escondiendosela debajo de los pies. El usualmente arrastraba su voluntad en las calles, buscando ventanas de madera en medio de los muros de concreto banandos en alambres de puas. Nadie le conocia ahi. En realidad nadie lo conocia en ningun lugar.

Como buen romantico empedernido, tenia la costumbre de escribirle en las servilletas del almuerzo, le hacia canciones. Le escribia todos los dias. Sabia que cuando la encontrara la iba a rociar de todo tipo de atenciones, como en los buenos tiempos.

Si hay algo que el no recordaba, y que le agotaba el pensamiento de cuando en cuando, fue el por que ella sigilosamente desaparecio, partiendole la esperanza y derramandosela por los adoquines de aquel entonces.

El la perdono desde siempre.

Nunca encontro a su dama, a la que el siempre se refirio como la mujer mas linda de todo el mundo y de todas las generaciones. Todavia la busca, creyendo que esta afuera de ese lugar a donde no sabe por que esta vestido como todos, por que lo trataran tan mal. Y es que nunca se acordo que el la sepulto de un empujonazo que la hizo descender de las gradas a la tumba.

"El diagnostico todos estos anios del Sr Chavez, ha sido un comportamiento intachable, siempre se levanta y se asea muy de manana. No tiene ningun problema con los otros internos, pero parece que la angustia por la espera se le escapa por cada poro. Es mejor que no le diga nada, que no recuerde. Gracias por su preocupacion".-dijo el dr. Martinez.

"Es mejor asi, Dr, gracias"- alcanzo a decir el poco aire que tenia para exhalar. De todos modos el no puede dimensionar la embergadura de mi situacion con su salario quincenal.

Asi me devolvi, con la tarjeta de felicitacion del dia del padre, y con mis ganas a cuestas. Despues de todo, no escogimos tener esquizofrenia, y mi madre siempre lo supo. Asi que con la resignacion que me ha particularizado desde entonces, regrese a mi pabellon. Por lo menos lo veo con cierta frecuencia. No lo culpo, yo tampoco se por que estoy aqui. Pero tampoco quiero saber. Lo que se, es que yo tambien escribo todos los dias.
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Disculpas por la mala utilizacion del espanol, no tengo la letra que esta entre la n y la o, ni tildes, y tampoco se configurar el teclado. Hoy lo que hice fue probar con un estilo diferente de escrito.