martes, 10 de marzo de 2009

Teatro al Medio Día

Lo Bueno:
El sentarse en una silla del Teatro Nacional ha sido considerado como un acto elitista por muchos sectores de la sociedad a lo largo del tiempo.
Esta iniciativa del teatro al medio día lo que hizo fue, al menos eso pensaba yo, pararse en medio de la brecha y brindar espectáculos cortos a un precio de c500 ($1) cada martes al medio día, creando ese espacio para que todas las personas, sin distinción de clase social, pudieran aprovechar su hora de almuerzo.
Hasta aquí todo iba excelente, pero tenía yo que ver para creer, así que me fuí con mi bufanda y una sonrisa avispada a surcar San José.


Lo Malo:
Pues fuí antes del medio día y no había campo, no sé ni qué cara hice, pero se me iba a quebrar la voz. Muy regio el guarda me dijo que lo que está haciendo la gente es comprar entradas para todo el mes. ¡Ah! ¡Muy bonito, no?! ...
Pues como no iba a disfrutar la función, me quejé con un señor muy elegante que quiso ser elocuente conmigo, pero yo tenía un norte. Entre otras cosas, le dije que lo óptimo debería ser: "función a la que se asiste, función que se paga", porque lamentablemente no me sorprendería que alguien quisiera pagar todo el año de una vez, dado lo accesible que es para algunos, sin que nadie haga nada por evitarlo. Serían 52 semanas que podrían haber sido aprovechadas por personas diferentes, monopolizadas como siempre por alguien egoísta que ni siquiera tenga pensado ir a todas.

Afuera: Muchachos en zancos promocionando un espectáculo para el que ya no habían entradas.

Por cosas como estas es que me apropio cada vez más del ya muy personal dicho: "VER PARA CREER". No me quedó hoy más que sentarme en el palco del bus y ver el arte del teatro que está en la calle, los adoquines, lo roto, lo que pasa desapercibido...

No hay comentarios: