Y hoy casi me asaltan en la parada del bus. No es la primera vez. Justo en la mañana, rumbo a la U, se me ocurre montarme atrás atrás.. donde habìan dos tipos hablando de drogas, obsenidades, incultura, todo el camino. Sí, sentí miedo aunque luzca muy relajada. Esta no es la sociedad a la que nadie aspira vivir, y todavía me preguntan el por qué del que no quiera tener hijos.
Mi historia hoy iba a ser bien feliz, algo así: "He de admitir que mi buena memoria está en una fase un poco... rezagada. Todo lo pierdo, hasta la inspiración. Hoy dejé mi bolso verde musgo en otra parada de buses. Corrí bajo la tempestuosa lluvia por él, cuando estaba como a un kilómetro con F en frente del teatro. Estaba justo donde lo dejé, casi media hora después." Já. Casi casi y me persuade la bondad de la gente.
Pero este es el contraste: Venía saliendo del magnánimo mundo del teatro a donde estaba sumida con mi gran amiga F. Es tan bello el teatro, han visto?. Tan sublime. Tan perfecto. TAN ILUSO. Ya me acuerdo por qué no me dediqué de lleno al arte, simplemente no es el reflejo de la realidad. Llego a mi parada de bus, y si no fuera por esos policías, ángeles pensándolo bien, no sé si hoy estaría contando el cuento, pero aun tengo en mis oídos retumbando el áspero sonido de las armas que botó al suelo el... el.. prójimo.
Mi dilema es bastante crudo... Rayo con la filantropía pero NO quiero vivir en un sueño, aunque tampoco en esta cruenta realidad. ¿Alguien puede ayudarme?
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