domingo, 2 de noviembre de 2008

De blanco y negro




La vida es un devenir de acciones inconstantes,
Miradas iban y venían colándose entre los antifaces
blancas y negras, ese viernes de Halloween

en el cual yo hoy no creo.

Espectante me encontraba en el centro del salón
con mi silencio y guitarra de compañía,
con mi melancolía cobijándome del frío,
vestida de blanco y de negro.

A mi alrededor ahí estaban todos ellos,
con esa fantasía de un cuento de hadas,
de blanco y de negro.

Un escalofrío indiscriptible indicó que seguía mi número.
Pero para mi ventura, como quien levanta a un caído,
impredecibles hombrecillos aparecieron de la nada
cantando junto a mí lo que yo llamaría música de ángeles.



Dedicado a esos hombrecillos (D, A) y mujercillas ( T, J, V) que se atrevieron a compartir el escenario en un evento totalmente inucitado.

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