viernes, 20 de marzo de 2009

Puntas vivas.



En mis adentros yo sabía a lo que iba, sí que lo sabía, yo sabía que iba a llover, sabía que la lluvia de mis ojos iba a caer. Así como antagónicamente también anhelaba el momento día y noche.

No, no puedo.... No puedo ser un poco más normal y dejar de llorar cada vez que ese instrumento platinado de maldad se acerca a mi cabello para dejarlo al fin derrotado yaciendo sobre los cuadros de un insaciable mozaico.

Cuando el mundo estaba a punto de derrumbarse sobre mi cabeza, en medio de mi desesperación, el pedacito de sol que quedó impregnado en los confines de las puntas de mi cabello, iluminó de pronto, la tarde y mi faz.

Es indiscutible, las prefieren rubias o pelirrojas, pero yo no voy a dejar de ser latina, de ojos, piel y cabello clarOscuro.