domingo, 30 de noviembre de 2008

Hoja de papel.



Las aun prístinas hojas de papel, nos amarillentamos, empolvamos, rompemos, perdemos.

Es cuestión de tiempo.

Parece que el ordenador común ha encontrado la fuente de la eterna juventud para las de mi
especie,
pero pierden la escencia para poder hacerse infinitas.

Sé que mi tiempo es corto.

Buscaba a alguien que hiciera arte conmigo mas ahora me escondo.

En cualquier rincón me pierdo,

mientras hayan ásperas manos de los que tienen el corazón cayoso, me pierdo.

Decifrando el código de mi vida, me encuentro. Me encuentro tratando de explicarme.


Ayer le prometí a A, quien me descubrió con un la tenue luz de una linterna una vez,

que iba a escribir sobre una estrofa que en el momento creí trivial y que se me cayó en letras
mientras departía con él.


Perdón A, pero olvidé recogerlas al salir.

1 comentario:

Clermont dijo...

¿Quién será A, Hoja? Tendría que realizar un análisis eshaustivo de la hoja y de la tinta...